jueves, 20 de enero de 2011

El todopoderoso alcalde socialista

Desde que el Partido Socialista decidiese jubilar al alcalde Padilla para nombrar sucesor y aprovecharse del poder con el fin de que durante dos años pudiese hacer precampaña pagada por los impuestos de todos los ciudadanos de Castelldefels, las cosas en nuestra ciudad han ido de mal en peor.



El carácter autoritario, excluyente, poco participativo e incluso diría sectario del máximo dirigente municipal ha provocado fuertes tensiones en el seno de las fuerzas políticas de Castelldefels e incluso se ha llevado al extremo del ridículo.

El pasado día 5 de enero el gabinete, bien pagado, de alcaldía se inventa un nuevo protocolo que excluye a todos los concejales de los actos de la cabalgata de Reyes, dejándolos no ya en un segundo plano, sino totalmente marginados. Por la mañana, en la recepción en Port Ginesta, sólo el alcalde y el concejal de fiestas (también del PSC) podía recibir a los Reyes Magos. Los concejales debían de estar bien apartados, fuera del alcance de las cámaras de las televisiones que cubrieron el acto.

Por la tarde, la escena se debía repetir dejando a los concejales ocultos en el vestíbulo del Ayuntamiento o en la sala de Plenos, mientras que sólo, el todopoderoso alcalde, acompañaba a Sus Majestades al balcón del Consistorio para saludar a la ciudad.

Un protocolo ridículo, infantil, propio de personas inseguras que tienen miedo que los que lo rodean le puedan hacer sombra (fuera y dentro de su propio equipo de gobierno).

En el Partido Popular hemos preferido compartir desde la calle como uno más, que es lo que somos, la fiesta de la cabalgata. Estamos convencidos que lo que necesitan los ciudadanos de Castelldefels es que no pierda tiempo el gobierno en cosas absurdas, y que dediquen todo su tiempo en ayudar a miles de ciudadanos que sufren gravemente las consecuencias de una dura crisis económica.

Estamos cansados de tanta farsa y pantomima. De gobiernos de pandereta y circo que se pretenden gastar 44000 euros en un concierto de Bustamante, en lugar de ayudar a los más necesitados. Un gobierno egoísta, ególatra y vanidoso que ha puesto en problemas las arcas municipales, “tirando” el dinero en cubrir su imagen y vender a su nuevo alcalde. No más gobiernos de este tipo apoyado por socios como CIU que le han reído las gracias, y que ahora, se pretende mostrar como la alternativa.

Pues bien, el cambio real pasa por el nuevo proyecto del Partido Popular. Somos la segunda fuerza de la ciudad y nunca nos hemos aliado con el PSC como lo ha hecho CIU. No a la sociovergencia, Sí al cambio Popular. Contigo podemos!

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